El mito común de que el trabajo agotador es bueno para el cuerpo y el alma ha sido desmentido por estudios previos que muestran que tiene un efecto negativo en la circulación sanguínea del corazón y el suministro de sangre al cerebro, lo que puede conducir al desarrollo de problemas como presión arterial alta, sangre. coágulos en el corazón, calambres e insuficiencia cardíaca.
Una nueva investigación de la Universidad de Copenhague sugiere además que el trabajo duro puede ser malo para la salud del cerebro. El estudio longitudinal, publicado en el Scandinavian Journal of Medicine & Science in Sports, se basa en datos del Copenhagen Male Study (CMS). La muestra incluyó a 4.721 hombres daneses entre 40 y 59 años que reportaron datos sobre el tipo de trabajo que realizaban a diario. Los participantes del estudio eran empleados de grandes empresas con sede en Copenhague, como DSB, la defensa danesa, KTAS, los servicios postales y la ciudad de Copenhague. A lo largo de los años, los investigadores recopilaron datos de salud de los participantes, incluidos datos sobre el desarrollo de las condiciones de demencia, de 1970 a 2016. Los resultados mostraron que los participantes que trabajaban en trabajos físicamente exigentes tenían un 55% más de riesgo de desarrollar demencia que los que trabajaban en posiciones más sedentarias.
La autora principal, Kirsten Nabe-Nielsen, del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Copenhague, explicó que la forma de actividad física es vital: “Antes del estudio asumimos que el trabajo físico duro estaba asociado con un mayor riesgo de demencia”, dijo. “Es algo que otros estudios han intentado probar, pero el nuestro es el primero en conectar las dos cosas de manera convincente”. Investigaciones anteriores muestran que un estilo de vida saludable y ciertas formas de actividad física (como los aeróbicos) reducen el riesgo de demencia.
Según Nabe-Nelson, “Por ejemplo, la guía de la OMS para prevenir la demencia y las enfermedades en general menciona la actividad física como un factor importante. Pero nuestro estudio sugiere que debe ser una “buena” forma de actividad física, que el trabajo físico duro no lo es. Por tanto, los guías de las autoridades sanitarias deberían diferenciar entre la actividad física en su tiempo libre y la actividad física en el trabajo, ya que hay motivos para creer que las dos formas de actividad física tienen efectos opuestos”.
Los autores del estudio concluyeron que es importante que las empresas prioricen la mejora de la salud de sus trabajadores operativos y encuentren formas más saludables de realizar un trabajo físico duro. Ya están en marcha algunos programas innovadores para organizar el trabajo físico duro de tal manera que tenga un “efecto de ejercicio”. Los pasos preventivos incluyen educación nutricional para prevenir el sobrepeso y programas de ejercicio en el lugar y entrenamiento de fuerza para desarrollar la resistencia. En el futuro, los investigadores recomiendan que las empresas cambien con éxito los procedimientos de trabajo para garantizar que los levantamientos pesados tengan un efecto positivo en lugar de desgastar a los trabajadores.
Fuente: Psychology Today
Referencia:
Nabe-Nielsen, K. et al. (2020). The effect of occupational physical activity on dementia: Results from the Copenhagen male study. Scandinavian Journal of Medicine & Science in Sports. DOI.org/10.1111/sms.13846